| El mundo se volcó a descifrar y comparar el genoma de 10.000 vertebrados, lo que daría pistas para curar enfermedades y prevenir extinciones masivas
¿Por qué un jaguar tiene manchas en el cuerpo y un oso andino alrededor de sus ojos? ¿O por qué un hongo mata de sed a la rana arlequín que vive en la región Andina?
Descifrar y comparar el genoma de 10.000 vertebrados, responder algunos de esos enigmas y entender el camino que ha seguido su evolución a lo largo de los últimos 600 millones de años son algunos de los objetivos del proyecto Genoma 10K, conocido como el 'Arca de la información genética' y sobre el que están volcados más de 68 investigadores de todo el mundo.
El proyecto está ordenando y preservando el ADN de mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces. Hay genetistas, paleontólogos, ecologistas, conservacionistas e incluso premios Nobel de Medicina.
Y en medio de ellos sobresale un grupo de investigadores del Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad de los Andes, de Bogotá, que lidera el análisis de los reptiles y anfibios, tema en el que Colombia es una potencia biodiversa.
Más de 50 personas, entre expertos y estudiantes, están dando los primeros pasos para recolectar tejidos con ADN de ejemplares de zoológicos, museos y colecciones, en un intento por conseguir los más representativos.
La batuta del programa a nivel global la llevan Stephen J. O'Brien, director del Laboratorio de Diversidad Genómica del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, y David Haussler, investigador del Instituto Médico Howard Hughes de la Universidad de California, quienes tuvieron la idea de desarrollar esta investigación en un comité después de que se secuenció el primer genoma de un ser humano, en el 2003.
Este ejercicio no sólo ayudará a la fauna. Como parte del ADN humano es muy similar al de otros vertebrados, el estudio ayudará a comprender mejor qué partes de nuestros genes han cambiado y cuáles no a lo largo de la historia.
Pero, básicamente, lo que se pretende es ayudar en la conservación de las especies, documentando la diversidad genética de muchas y permitiendo predecir cómo se adaptarán a fenómenos como el cambio climático, a las enfermedades emergentes o a los estragos de las especies invasoras.
Se podrán curar enfermedades
Con la descripción genética, los científicos pueden descubrir cómo y por qué han evolucionado las especies y tener toda su información histórica.
Igualmente, datos básicos para la bioarqueología, la antropología y para estudios de migraciones, evolución y paleogenética, entre otros.
También se conocerá el origen de sus enfermedades, su historia e incluso se encontrarán las pistas para curarlas, lo que podría resultar clave para preservar animales en vías de extinción.
Según la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza(UMCN), la lista roja de animales en peligro se incrementó en más de 500 especies. Las especies en extinción superan las 16 mil.
"Hoy, existe un hongo microscópico que está matando a las ranas arlequín, pero hemos visto que ejemplares de ranas cohete han mostrado resistencia a ese mismo patógeno. Este estudio nos permitirá saber por qué una especie es resistente y otra no. La respuesta está en sus genes, en su genoma y conocerlo nos dará pistas para salvar al resto", explica Andrew Crawford, profesor del Departamento de Ciencias Biológicas de los Andes y director del proyecto en Colombia.
El trabajo no va a ser fácil y tomará tiempo, no menos de cinco años. El primer desafío está avanzando: conseguir las muestras, caracterizarlas y lograr que pasen los controles de calidad necesarios. "Vamos a tener toda la información de los vertebrados en genomas completos, guardada en computadores y a disposición de la gente. Ese me parece que es el mayor aporte que podemos hacer con esta investigación tan ambiciosa", agregó Crawford.
Los secretos que guarda el ADN
El ADN o ácido desoxirribonucleico de un ser vivo es una macromolécula identificada por una secuencia de letras organizada de forma particular en cada organismo, que a su vez determina sus características.
El de una bacteria puede tener cinco millones de letras, el de un animal 3 mil millones de letras. Identificar el ADN de un animal también se conoce como 'secuenciar', proceso que puede costar desde 5 mil dólares.
Hoy, dicen los científicos del proyecto, "se sabe que todos los vertebrados descienden de una especie marina que vivió hace 500 ó 600 millones de años, pero se ignora su aspecto. "Cuando hayamos secuenciado el ADN de todos sus descendientes, sabremos cómo era el 'abuelo' de todos, incluido el Homo sapiens".
JAVIER SILVA HERRERA
REDACCIÓN VIDA DE HOY
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